domingo, 14 de diciembre de 2008

Bush esquiva zapatazos en visita a Iraq


George Bush, quien dejará de ser el máximo gobernante estadounidense el próximo 20 de enero, se reunió en el Palacio Presidencial de Bagdad, con su homólogo, Jalal Talabani. Además, durante su visita ratificó el acuerdo de seguridad bilateral que se aprobó hace un mes para la retirada de las tropas estadounidenses.
Los zapatazos que esquivó el mandatario muestran el rechazo a su visita a Iraq. (Foto: TeleSUR)

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viernes, 5 de diciembre de 2008

La Politica y Los Nuevos Cambios Que hay que realizar en la Republica Dominicana.


La política: es la actividad humana tendente a gobernar o dirigir la acción del estado en beneficio de la sociedad. Es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo. La ciencia política es una ciencia social que estudia dicha conducta de una forma académica utilizando técnicas de análisis político; los profesionales en esta ciencia adquieren el titulo de politólogos, mientras quienes desempeñan actividades profesionales a cargo del Estado o se presentan a elecciones se denominan políticos. El término fue ampliamente utilizado en Atenas a partir del siglo V antes de Cristo, en especial gracias a la obra de Aristóteles titulada, precisamente, Política. El mismo Aristóteles definía al ser humano como un animal político por excelencia. También se define como política a la comunicación dotada de un poder, relación de fuerzas.
La política es una manera de gobernar sociedades plurales sin violencia innecesaria. Muchas veces se piensa que la pluralidad es el problema, sin entender que las diferencias son las que distinguen a los seres humanos en su individualidad irrepetible, reflejo de su propia naturaleza.
La esencia de la política se inscribe en el servicio a la sociedad. El poder es para servir y no para servirse de él. La oscuridad, la corrupción y la impunidad reflejan la perversión de la política y de los malos gobernantes.
La transparencia y la rendición de cuentas son una obligación ineludible del poder político con la sociedad y no una concesión graciosa de los gobernantes. El país no es de unos cuantos. La nación pertenece a todos los dominicanos.
La prevalecía de los intereses particulares o de grupo sacrifica el interés superior de las mayorías, al privilegiar la satisfacción de objetivos de grandes grupos económicos que afectan la marcha del país. El poder de los medios de comunicación prevaleciente en la republica dominicana de hoy, es un buen ejemplo de ello.
La política es inherente a la naturaleza humana y no puede pretenderse su desprendimiento, pues significaría una mutilación de la esencia del ser humano. El hombre es, por naturaleza, un ser político, tal como afirmaba Aristóteles.
La miopía política que muestran los grupos que detentan el poder, impide el desarrollo del país y condena a las mayorías a vivir en el rezago permanente. Nadie sacrifica nada en favor de los demás.
La política es una de las actividades supremas del ser humano, la cual lo enaltece porque procura como objetivo final la satisfacción de las necesidades de la población, es decir, el interés de los más sobre los menos.
La ceguera política, en su enorme egoísmo, no los hace comprender que para disfrutar del poder que se tiene, se requieren los equilibrios económicos y sociales para disfrutar de la riqueza honestamente acumulada.
La sociedad está llegando al límite de su tolerancia. El hartazgo es evidente y el riesgo de un estallido social está en el umbral de la última frontera. La ética en la política no es un valor prevaleciente en los actores políticos del país. La ética en la política es el reino de la libertad.
Los intereses corporativos y los intereses sociales compiten cotidianamente en los grandes proyectos de la nación para prevalecer unos sobre los otros. La visión maniquea de los políticos consiste en plantear una apuesta de norte y sur, blanco y negro, buenos y malos, ricos y pobres. La decisión del futuro de republica dominicana no puede estar basada en ello. El caer en esta dicotomía entrampa el desarrollo del país.
El rencor encendido está presente en los radicalismos, en la intolerancia, en las posiciones irreductibles, en la violencia verbal y en el mundo polarizado y extremo. No entienden el alma dominicana. Se atenta contra la identidad nacional. Hartazgo de presente y hambre de futuro dirían Lorenzo Meyer y Miguel Basáñez.
La definición del país que queremos todos los dominicanos, debe estar basada en encontrar las fórmulas para la creación nacional de riqueza para aspirar a distribuirla, con pleno respeto a la ley y al Estado de Derecho, a los valores éticos y morales, así como a los derechos fundamentales del ser humano.
El comportamiento de algunos líderes de republica dominicana denota la ausencia de valores éticos y morales que le den un sentido a la vida en la realización de sus ideales.

La pobreza existencial es evidente. La altura de miras no existe. La ausencia de ética política y moral pública es palpable. El hedonismo y la inmediatez de pensamiento son características de seres débiles y cobardes que no encuentran sentido a su vida.
Algunos políticos de la actualidad actúan como aves de rapiña, al vivir del despojos de sus adversarios, como reflejo de su visión oportunista y de la generación de conflictos perversos para acomodarse y mantener e incrementar el privilegio de sus particulares intereses.
Los poderes facciosos se convierten en tribunales de justicia y condenan a todo ciudadano o grupo que se oponga a sus intereses.
El rescate del valor superior de la política es urgente, como actividad que enaltece a los individuos en la búsqueda de un mejor destino para sus semejantes. Qué lejos estamos en republica dominicana de este gran ideal.
La política es la vía para ganar el poder con un objetivo trascendente, que permite actuar con visión de estadista, para beneficiar a la sociedad y a las
Futuras generaciones. Decía Aristóteles que “la política es la esencia de la cual se alimenta el alma”.
La política no es privativa de ningún grupo ni de ninguna disciplina o actividad profesional, es, como actividad suprema del hombre, un medio para actuar con sensibilidad buscando un liderazgo que permita favorecer a la población. La política no sólo significa diálogo, respeto y tolerancia al opositor y a sus ideas, significa también liderazgo, decisión, legalidad, arrojo, visión y cambio.
La política es actuar, en el entendimiento de las grandes causas nacionales, para hacer concurrir las posiciones divergentes con base en coincidencias, que permitan avanzar en la consecución de los objetivos que benefician a las mayorías.
La política es debate, es disputa, es entrega apasionada, para escuchar con tolerancia todas las demandas y posiciones, con el fin de conducir los procesos y los comportamientos de los seres humanos hasta alcanzar objetivos comunes que favorezcan a todos.
La política es la ciencia que busca, en las divergencias del debate, acuerdos para decidir el mal menor y el beneficio de los más sobre los menos. La voz del compromiso y el reclamo de la conciencia ubican la responsabilidad política y social de los liderazgos.
La política debe armonizar los valores de libertad, igualdad y fraternidad, propiciando una sana convivencia y competencia que no rebase los límites de la ley y del derecho de terceros, pero que permita la cooperación de los actores para el beneficio de todos.
La participación activa de los ciudadanos, en el justo reclamo de la satisfacción de necesidades de las mayorías, lleva a la reflexión de la actual organización política a base de partidos que no representan el interés de los más y que sólo actúan para la preservación de los privilegios de los menos.
En la actualidad nadie representa el interés de los ciudadanos. Es necesario que surja un nuevo liderazgo a la altura de la historia, para que existan vías a través de las cuales el ciudadano común pueda expresarse, ser escuchado y auténticamente representado en sus intereses y demandas.
Cicerón afirmaba: “El crimen de alta traición consiste en disminuir de alguna manera la dignidad, grandeza y autoridad del pueblo o de aquellos a quienes el pueblo confió ese atributo”.
Ante esta realidad que vive el país, pareciera ser que la única salida es el cambiar el sistema de partidos, propiciando vías para la representación real de los intereses de los ciudadanos, ya que en la actualidad los partidos sólo representan sus propios intereses o el de los grandes grupos de poder y no los de las mayorías, que claman en voz alta: EL PAÍS ES DE TODOS Y NO DE UNOS CUANTOS.
Ing. Robinsón Sosa